Sacar al bebé de la pieza de los padres, ayuda a que la pareja retome su intimidad, y también favorece el desarrollo de la autonomía en los niños.
Experto: Bárbara Alfaro, enfermera docente de la carrera de Enfermería de la Universidad San Sebastián
Hay ocasiones en que los papás duermen con el bebé en la misma cama, lo que se denomina colecho, o también pueden dormir con el pequeño en la misma habitación, pero acomodándolo en su cuna, la que debe estar cerca de la cama. Ésto se llama cohabitación, pero cuando llega la hora de dormir solo, debemos preparar el ambiente para aquello.
Si bien, ambas formas pueden considerarse a la hora de conciliar el sueño del menor, es mejor que el bebé duerma en su propia pieza y se acostumbre desde pequeño a esta situación, considerando que mientras más grande es el niño, más dificultades aparecen al modificar sus hábitos de sueño.
Existen diversos motivos por los cuales los padres deciden cambiar a un niño de su habitación:
- La reanudación de las actividades sexuales.
- El deseo de que el niño desarrolle autonomía a la hora de dormir.
- Un nuevo embarazo de la madre.
- Simplemente por comodidad.
Consideraciones que se deben tener en cuenta para poder realizar este cambio con éxito:
- Aunque el pequeño duerma en otra pieza, ésta debe estar cercana a la de los padres, para que puedan estar atentos ante cualquier movimiento del bebé.
- Se debe dejar la puerta abierta de la habitación del niño y de la de los padres.
- Se pueden utilizar sistemas de vigilancia que permiten estar en constante monitoreo de las acciones del pequeño.
- Es bueno que el menor asocie la noche con la hora de dormir.
- Para la tranquilidad del pequeño y la seguridad de los padres cuando vayan a atender a su hijo, se puede dejar encendida una luz muy suave.
- También es importante recordar que no es bueno encender la luz cuando los progenitores van a revisar a su bebé, porque le rompe la idea de día – noche.
- Si el bebé llora en la noche, es mejor calmarlo en su pieza y acompañarlo ahí.
Conciliar el sueño en su nueva pieza
- Se debe crear una rutina previa a dormir, lo que favorecerá el descanso.
- Ir a la cama a la misma hora todos los días.
- Darle un baño, leerle un cuento y reducir las actividades o realizar otras más tranquilas, de tal forma de que le sea fácil conciliar el sueño.
La siesta del bebé
El sueño es un proceso fisiológico, normal y necesario para el organismo, a medida que el niño crece necesitan menos horas de sueño.
- A los 3 meses requieren aproximadamente 15 horas
- A los 3 años 12 horas
- A los 6 años 10 horas.
En caso de que el niño no pueda dormir tranquilamente a ninguna hora a pesar de estas medidas, y se mantiene muy irritable la mayor parte del tiempo, se debe consultar al pediatra para descartar alguna causa biológica que impida que pueda descansar bien.