No es extraño que bebés y niños pequeños no quieran separarse de su deseado objeto de consuelo, sin embargo, son muchas las mamás que se preguntan: ¿El chupete es malo para la boca y los dientes del niño? ¿Puede afectar de algún modo a la lactancia materna? Los bebés nacen con una intensa necesidad de succionar como si estuvieran amamantando todo el tiempo. Mamar les alimenta y les calma, el pecho además de fuente de leche está ahí para ofrecerles calma y sensación de paz.
Los niños sienten alivio de la ansiedad y la angustia al succionar. El chupete genera una sensación de placer y tranquilidad justo en esos momentos que la madre se encuentra ocupada en otra cosa.
El chupete es una herramienta de consuelo, existe con la finalidad de calmar a nuestros pequeños. Muchas veces los niños chupan chupete mientras son guaguas y luego lo dejan, otros siguen sintiéndose cómodos con ellos y los necesitan para sentirse bien.
Muchos son los cuestionamientos acerca del chupete y las mamás se angustian por la mordida y sus dientes, sin embargo es mucho más importante observar a los niños y preguntarse el porqué mi hijo necesita el chupete y cuál es esa necesidad y carencia que le está provocando usar más tete
Quitar el chupete al bebé requiere tiempo y paciencia. No podemos quitar el chupete sin antes saber qué está necesitando nuestro hijo, porque puede devenir otra sintomatología (morder uñas, comer dedos, etc), por eso es sumamente importante respetar la necesidad, más allá del deber.
Lo que se debe tener claro con el chupete es que jamás debe ser sustituido por el pecho materno.
Lo otro, es que cuando el niño llora, primero hay que conocer su motivo y tratar de calmarlo antes de ponerle el chupete sin preguntarles qué lo que le pasa y lo angustia.
Y por último el chupete debe ser una herramienta de consuelo temporal para el niño, nunca debe convertirse en un objeto irreemplazable.