¿A qué edad incorporo alimentos en la dieta de mi bebé?
Psicóloga Clínica Nicol Mendoza-Yáñez.
El bebé de la foto (mi primer hijo, que ahí tenía 5 meses) no tenía necesidad de ser alimentado de modo complementario aún. Tomaba Leche Materna a Libre Demanda.
¿Sería por eso que devolvía más de la mitad del plato?.
Asuntos que ahora comprendo
Ahora bien. Se sabe con la actualización de la información, a través de investigaciones y observaciones al desarrollo, visto desde una perspectiva mucho más integral, que en estricto rigor el lactante (es decir, un bebé que sólo se alimenta de leche materna L.M) no requiere ingerir proteínas, vitaminas, minerales ni calorías de ningún otro alimento.
Pues, además mientras no logre sostenerse sentado por sí mismo no hay madurez psicomotriz suficiente como para que pueda inclinarse y tomar por sí mismo el alimento. Lo que suele ocurrir alrededor del 6to-7mo mes de vida.
Esto último es fundamental. La experimentación al momento de comer. Como toda madre y padre hemos podido observar en más de una oportunidad (o en la experiencia con algún sobrino) como a los pequeños les fascina tomar con sus manitos la cuchara y, como lo vemos desde nuestro mundo adulto “jugar” con la comida. Sin embargo ese es un proceso elemental en el desarrollo físico y alimentario de nuestros/as hijos/as. El planteamiento que hacen los autores del “Baby-led Weaning BLW” explica muy bien este proceso. Lo que podría ser traducido al español como “Destete Dirigido por el Bebé” implica que los avances y el reconocimiento sobre sus propias habilidades corpóreas y mentales se vayan complementando de modo armónico, y la inclusión de alimentos distintos a la L. M sea resultado del crecimiento individual y progresivo de cada lactante.
Es por lo mencionado que sólo luego de logrado el hito mantenerse sentado, el bebé podría empezar a probar con otros alimentos, de modo gradual, saboreando, tocando, oliendo. Lo que le permitirá posteriormente tener una idea más clara (todo esto queda grabado en su inconsciente) de lo que es comer de manera saludable.
Pues lo que ha demostrado la evidencia es que los/as bebés a quienes se les permite esta vivencia suelen generar dietas alimentarias más saludables a lo largo de su crecimiento. Aceptando de mejor modo verduras y alimentos que, al ser presentados antes en formato papilla, no eran “experimentados” por él, y entonces les parecen extraños y desagradables.
NOTA: Vale mencionar que, así como cada bebé es una experiencia única, es posible que existan aún casos donde (por diversos motivos) requiera de alimentación complementaria desde antes, y en el método tradicional. Y si esto es en beneficio de su crecimiento físico y psicológico, pues estará bien igualmente.
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