La fusión emocional: Un camino hacia la nutrición afectiva

desconexión emocional con el bebé

Cualquier desconexión emocional con el bebé, significará desamparo, desnutrición amorosa y soledad, elementos que irán configurando en el futuro nuestras carencias y cuyos efectos en nuestra época de adulto pueden llegar a ser devastadores. La fusión emocional: Un camino hacia la nutrición afectiva. 

Experto: Óscar Cáceres Coach y Presidente Ejecutivo OC&A.

Los seres humanos estructuramos nuestra comprensión del mundo con lenguaje. La condición de seres lingüísticos nos hace a su vez, seres que vivimos en el mundo desde diferentes filtros y, por lo tanto, actuamos en la vida en función de ellos. Sin embargo, nuestra condición de seres lingüísticos, aparece alrededor de los tres años, ya que el lenguaje comienza a estructurarse a partir de ese momento. Es por esta razón que a partir de esa época comenzamos a recordar sólo lo que nuestro lenguaje nos ha permitido estructurar.

No obstante, en nuestros primeros meses de vida, hasta tener la conciencia que nos entrega el lenguaje, devenimos seres fundamentalmente emocionales. En efecto, si bien no recordamos, quedan instalados en nuestro ser todos los registros emocionales que han sido producto de las experiencias que como bebés o niños pequeños hemos vivido, es decir, no tenemos recuerdos pero sí registros.

La experiencia emocional de un bebé comienza en el vientre de su madre en donde, la conexión, el alimento, cuidado y contención son un estado permanente. Las madres experimentan una intensa conexión o desconexión emocional con el bebé por nacer, que llamaremos fusión emocional. Es un estado de profunda unión con el hijo por venir que, inevitablemente, se rompe al momento del parto, puesto que el bebé experimenta por primera vez la desconexión.

Desde esa óptica, cualquier esfuerzo de la madre por mantener el mayor tiempo posible esa fusión emocional con su hijo, aunque eso signifique mantenerlo literalmente pegado a su cuerpo todo el tiempo, será un alimento espiritual irreemplazable para las criaturas recién llegadas a este mundo. Cualquier desconexión emocional con el bebé, significará desamparo, desnutrición amorosa y soledad, elementos que irán configurando en el futuro nuestras carencias y cuyos efectos en nuestra época de adulto pueden llegar a ser devastadores.

La fusión es alimento del alma para el recién nacido y determinará, de la misma forma que la nutrición biológica, la robustez emocional y afectiva que tendrá ese ser en el futuro y eso, es una responsabilidad de quienes han invitado a este ser a nacer y vivir la experiencia humana.

Óscar Cáceres
Coach y Presidente Ejecutivo OC&A

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