Tu cariño, los gestos, la melodía de la voz, la forma en que lo miras son las primeras señales para que tu bebé comience a interactuar con el mundo que le rodea; aunque no existan palabras, tu pequeño es capaz de comunicarse contigo.
Poder interpretar lo que dice y alentar sus primeras palabras será vital para el desarrollo del lenguaje y aún cuando él no utiliza el lenguaje verbal para expresar sus necesidades, buscará la manera de comunicarse a través de señales que alertan a la madre cuando el bebé necesita ayuda o cuando se encuentra satisfecho.
Descifra lo que dice tu pequeño
Algunos de los recursos de tu bebé para poder comunicarse son su mirada, vocalizaciones, expresión de su rostro, movimiento de sus bracitos y piernas; la primera manifestación de incomodidad será el llanto. Interpretar estos gestos y sonidos será esencial para que puedan formar una buena comunicación entre ustedes.
Lo esencial para una buena comunicación
El éxito de los primeros intercambios comunicativos, como la facilidad o dificultad para instaurarlos dependerá de las características de los participantes, el carácter y la actitud al momento de comunicar.
Rasgos comunicativos de tu hijo:
- Activos: Son capaces de iniciar una interacción y de responder a los intentos de comunicación de los adultos. Un bebé que sonríe provoca una sonrisa en su madre, el pequeño mueve sus bracitos cuando ve a su mamá con está sonrisa. Con los pequeños es más fácil interactuar.
- Tímidos o reacios: Ellos no inician la comunicación, pero pueden responder a nuestros intentos de comunicación.
- Pasivos: Ellos no inician, no responden a los intentos de comunicación de parte de los adultos, cuesta introducirnos en su juego, resulta más difícil conservar el interés de comunicarnos, pero estos pequeños son los que más necesitan de nosotros para alentarlos y conectarlos.
Cualidades comunicativas de los adultos
Los adultos cumplen varios objetivos en la vida de un bebé en pleno desarrollo, lo consuelan, lo alientan para que cumplan una meta, le enseñan una nueva habilidad o le preguntan para saber si han entendido las instrucciones que se le dieron. Es necesario crear el interés del niño, dejarlo que lidere su espacio de juego para que desde un principio tengamos su atención y participación.
¿Cuándo evitamos la comunicación?
- Exceso de control: Cuando realizamos una actividad, un juego, les bombardeamos con muchas preguntas sin dejarlos que respondan o los ayudamos a que realicen sus habilidades sin que ellos la puedan hacer, las interacciones comunicativas también se ven afectadas.
- Poca participación: Si los adultos se divierten solos sin incorporar a los niños, lo más probable es que cuando lo incorpores rechazará la participación.
- Paciencia: Si al momento de iniciar una conversación, no esperamos la pronta respuesta de un pequeño, cerramos la puerta diálogo. Lo más importante es esperar un gesto para mostrar interés y así iniciar el proceso comunicativo.