Cada niño tiene su ritmo de aprendizaje, el cual debemos respetarlo. Lo bueno es que podemos enseñarle a desarrollar algunas habilidades con ejercicios, lo que se deben trabajar con mucho cuidado, eligiendo el momento adecuado para que nuestro pequeño preste atención.
Entre los 2 y 4 meses puedes fortalecer su tronco colocándolo boca abajo sobre una pelota grande, luego lo balanceas para que fortalezca su tronco. Para que pueda mantener el equilibrio se puede poner un rodillo debajo de su pecho, o sujetas de las piernas y pareciera que estás jugando a la carretilla.
Si deseas fortalecer su cuello puedes colocar a tu hijo sobre una manta boca abajo, mientras juega con su juguete pasa tu mano por la espalda. De esta manera lo estimularás para que levante la cabeza.
A los cuatro meses debemos fortalecer su espalda, el objetivo es ayudarlo a sentarse de manera que su cabeza haga fuerza para subir. La manera correcta de aprender a sentarse es ayudarlo apoyar el codo sobre el suelo y girar un poco para que quede completamente sentado.
Cerca los seis meses hay que motivarlo a que se arrastre. La mejor manera es ponerle un juguete cerca y lo impulsamos a que se acerque para que lo recoja. Cuando llegan los sietes meses le estableceremos un esquema, haremos el movimiento del gateo para que tu pequeño pueda comenzar a hacerlo. Cercano a los ocho meses cuando tu pequeño ya gatee, podemos jugar con él a pasar por un túnel o poner obstáculos como almohadas.
Con un poco más de 9 meses debemos comenzar a incentivar el caminar, podemos poner en una fila sillas para que se apoye, una banca o un mueble de su altura para que este parado a su lado.
Mientras da sus primeros pasos también se puede apoyar en la pared. Para fortalecer aún más los ejercicios para caminar podemos pasar una sabana debajo de sus brazos que afirmen su pecho y que comience a marchar. Si ya ha cumplido un año y no camina o lo hace muy poco, puedes poner límites para que pueda esquivar sus juguetes o almohadas, así mejorará su equilibrio.