El llanto del bebé es la manera natural de mostrar sus emociones, en ocasiones por hambre, dolor o para descargarse de alguna experiencia estresante. Conoce qué produce el llanto de tu bebé, y cómo calmarlo.
Aprenden a comunicarse
El lactante experimenta nuevas necesidades, más emociones, un comportamiento social y muestra su disgusto o sus preferencias. Pero pese a esto, el llanto del bebé continúa siendo su principal herramienta comunicativa.
Entonces, debemos esforzarnos por entender lo que necesita, pues algo nos quiere decir y por lo general, es algo muy sencillo:
- Hambre
Los bebés tienen un reloj biológico que funciona perfectamente, por eso si durmió durante un par de horas y comienza a llorar, es muy probable que sea el momento de comer.
- Frío o calor
A menudo se trata más de calor que de frío. Comprueba en la nuca su temperatura y, si parece caliente, sácale algo de ropa.
- Incomodidad
Un pañal mojado puede disgustarlo, por eso es importante realizar la muda con frecuencia.
- Dolor
Los más frecuentes son los intestinales, debido a gases o estreñimiento. Pero no es todo, también puede deberse a un dolor de oídos, una enfermedad, entre otras razones. Aquí es necesario ponerse en contacto con el pediatra si es que resulta muy difícil calmar al bebé.
- Tensión
Muchos bebés lloran un rato cada tarde para desahogarse de las tensiones y molestias acumuladas durante el día.
- Una situación particular
El bebé también se molesta por cosas que lo afectan y que no le gustan, por ejemplo, una luz muy fuerte, un ruido inesperado, que le mojen la cara y más. Aquí los papás deben aprender a distinguir las cosas que le incomodan a su hijo, que no necesariamente les disgustan a los otros bebés. Es muy importante siempre tratarlo con seguridad y cariño, sobre todo cuando se realice una acción que le pueda desagradar.
- Cansancio
Se puede llegar a quejar mucho si se siente fatigado, entonces es bueno que duerma, lo que no siempre es algo fácil de conseguir, por esto es recomendable crear una rutina de sueño para el bebé.
- Soledad y aburrimiento
Mientras más crece, más pasa despierto y por lo tanto más tiempo posee. Puede tener todas sus necesidades físicas cubiertas, pero sigue llorando, entonces es muy probable que esté reclamando compañía. Una buena solución sería tomarlo en brazos, hablarle afectuosamente, jugar con él un momento o simplemente, permanecer en la misma habitación para que pueda escuchar las voces y ver a sus parientes.
- Exceso de estímulo
Se puede sentir sobreexcitado por las visitas, la alegría familiar o el deseo de estimular su desarrollo.
- Ruido
Los ruidos domésticos como la aspiradora o la radio, o los de la calle son a veces muy intensos y molestos. Los sonidos bruscos, como una bocina o el teléfono, pueden asustarlo y desencadenar el llanto.
Recomendaciones
- Una alternativa para calmarlo es ponerlo boca abajo sobre su manta en las piernas de la mamá o el papá, afirmarle la cabecita y darle un masaje en la espalda.
- Si observas que el llanto se prolonga cada vez más, es importante consultar con el pediatra.
- Aprende a conocer el llanto de tu bebé, y te ahorraras un sinfín de preocupaciones.