Alérgenos del aire libre ¿qué hacer?

Alérgenos del aire libre

Cada ciudad tiene sus especies arbóreas particulares que causan múltiples casos de alergia. Por ejemplo, Santiago tiene el pasto y los plátanos orientales; Talca, la Ambrosia y el llantén; Valparaíso, la Paritaria judaica, y Temuco, las multaceas. Estos árboles, malezas y pastos contribuyen principalmente a la generación del polen que afecta al los chilenos alérgicos (un 20% del total).

Respecto a la capital, es el polen de pasto el que causa el 90% de las reacciones alérgicas. Éste aparece en Octubre, alcanzando su nivel mas alto la segunda semana de Noviembre. Por otro lado, el 38% de las alergias las causa el polen del plátano oriental. También afectan el arce, el álamo, el nogal y el olmo.

En Valparaíso el panorama difiere, ya que el factor principal es el polen del matorral paritaria judaica. Es notable que este matorral causa la mayoría de las alergias en Europa, en realidad en todo el Mediterráneo (el 80% de los alérgicos en Nápoles reacciona a este polen). Su peak es entre Noviembre y Octubre, con máximos semanales de 100 gramos por metro cúbico hasta diarios de 300 gramos por metro cúbico.

En Talca, así como en toda la región del Maule, existe una gran presencia de Ambrosia, sobre todo en febrero y principios de Marzo. Por último, en Temuco, existe una vasta cantidad de polen de pastos, siendo en Diciembre, Enero y Febrero los peaks de 180 gramos por metro cúbico (en Santiago no supera los 60 gramos). También hay betuláceas (como el abedul), que causa un 3% de las alergias en la población.

Es interesante que la hora en que más carga de pólen existe en el mes de septiembre en Santiago es a las 6 de la tarde.

La primavera es un período que generalmente se disfruta como la mejor época del año, pero es también la peor época para los alérgicos. Es en esta estación cuando la mayoría de las plantas polinizan a través del aire (la polinización anemofilia es la responsable de muchas de estas reacciones, entre las que están las gramíneas, espigas de prado y campos, el olivo, el abedul y algunas malezas).

Una de las reacciones alérgicas más comunes es la rinitis alérgica de temporada (conocida como «fiebre del heno»), la que es causada por sustancias llamadas alérgenos, como el polen y las esporas de los hongos. Los síntomas son: estornudos, congestión, nariz tapada y picazón en la nariz, el paladar, la garganta, los ojos y oídos, lo que dependerá del alérgeno en cuestión.

Polen: no todos son iguales

El polen está formado por células masculinas microscópicas (aproximadamente del ancho de un cabello humano) con forma de huevo, las que se producen en las flores, y participan en el proceso de fertilización de las plantas.

El polen de las flores coloridas, como las rosas, por lo común no genera alergias, ya que es un tipo grande y ceroso que va de una planta a otra transportado por abejas e insectos. Pero hay muchos árboles, pastos y hierbas que tienen un polen pequeño, liviano y seco,  que se disemina con el viento, siendo el principal causante de las reacciones alérgicas.

Polen de árboles

Durante la primavera, la rinitis alérgica se desencadena en gran parte por el polen de árboles como roble, plátano oriental, olmo, abedul, fresno, nogal, álamo, arce, ciprés y nogal.

Polen de pasto

Distintas variedades de pasto causan alergia en las estaciones de primavera y verano (Timothy, Bermuda, Orchard, Sweet Vernal, Red Top).
También algunas hierbas, en especial la ambrosia, cuyo polen es el principal responsable de la fiebre del heno. Otras son: artemisa, cenizo, planta rodadora, barrilla de borde.
El período de polinización de las plantas no varía considerablemente en relación al paso de los años, pero lo que puede afectarlo es el clima. También depende del lugar, mientras más al norte se esté, más tarde comenzará. En el caso de los árboles, el polen se genera antes, luego vienen los pastos y finalmente las hierbas, a finales del verano y principios de otoño.

Los hongos famosos: Mohos

El moho es un tipo de hongo microscópico, cuyas esporas flotan en el aire como el polen, en cualquier época del año. La diferencia es que al no tener una temporada específica, lo que afecta al moho son las condiciones climáticas como el viento, la lluvia o la temperatura. Los más comunes en el aire son: alternaria, cladosporium y aspergillus. No sólo están en el aire, también se encuentran en la tierra, la vegetación y la madera que se pudre.

Recuentos de polen y moho

Mediante un recuento, se mide la cantidad de alérgenos presentes en el aire. Estos puede hacerse de manera diaria e informarlos como granos por metro cúbico de aire (existen, por ejemplo, en los centros médicos y clínicas).
Sin embargo, es difícil una interpretación de los recuentos de polen y moho, ya que las técnicas de muestreo, como los tipos de dispositivo empleados y su ubicación, pueden afectar los resultados.

No todo es recuento

La mayoría de los pacientes desarrollan síntomas cuando los recuentos de polen son de 20 a100 granos por metro cúbico, pero también los síntomas pueden verse afectados por la exposición reciente a otros alérgenos, la intensidad de la exposición a éstos, además de la sensibilidad individual. Por esta razón, el uso exclusivo de recuentos limita el diagnóstico.

La condición metereológica y la ubicación

Por lo general, la reacción alérgica, particularmente la fiebre del heno, es generada en el tiempo cálido, seco y con viento, cuando el polen es trasladado; siendo mínima en los días de lluvia, nublados o sin viento.

No se trata de arrancar…

La solución está en el tratamiento adecuado, no en escapar. Se debe acudir a un pediatra, el que recopilará el historial médico completo del paciente y realizará exámenes para determinar qué causa la alergia. Le ayudará a determinar cuándo estos alérgenos son abundantes y cómo reducir los síntomas, quizás con un aerosol nasal antialérgico, antihistamínico no sedante, descongestionante u otro medicamento.

Terreno de la especialidad en alergia

Si los síntomas no desaparecen o la enfermedad es crónica, el especialista recomendará el tratamiento de inmunoterapia (vacunas o inyecciones antialérgicas). Estas inyecciones son periódicas; dependiendo de cuánto tiempo lo indique el médico, puede ser un período de 3 a 5 años. De esta manera, el sistema inmunológico se refuerza y los síntomas disminuyen.

¿Qué hacer y no hacer?

A continuación te damos algunos consejos para disminuir tu exposición a los alérgenos del aire libre:

Contenido desarrollado por el pediatra Pedro Barreda.

Salir de la versión móvil