Las buenas prácticas no se adquieren a menudo de manera natural, para la mayoría de los adolescentes, a veces es necesario que se les dé un empujón, motivo de preocupación para algunos padres a los que se les dificulta ayudar a sus hijos, al no tener claro cómo poner límites en la supervisión de las actividades de estos jovencitos.
Tim Bowler, escritor de literatura juvenil, galardonado con el “Carnegie Medal”gracias a su obra “River Boy”; quien además es el autor de “Apocalypse”, “Walking with the dead” o “Shadows”, afirmó en una entrevista que «el público al que se dirigen sus libros no es fácil de atraer. Tampoco se puede obligar a leer a los adolescentes porque ellos desarrollarán por su cuenta el afecto hacia la lectura». Asimismo, Bowler aclaró que los adultos deban afirmar a los adolescentes, que pueden continuar leyendo mientras hacen uso de la tecnología.
Recuerda que si siendo niños les lees y haces de esto una costumbre, pueden llegar a ser buenos lectores de adultos; igualmente, al crecer cambian sus aficiones y definen su personalidad.
Sin presiones
Los adolescentes tienen la información a su alcance y dependiendo de sus gustos van eligiendo diferentes tipos de lectura. Si bien no son los mismos tiempos en los que sus padres eran unos chicos, todavía quedan jóvenes que continúan leyendo aventuras, humor y misterio. No obstante, están en la búsqueda de escritores que los cautiven saciando su curiosidad.
Para los jóvenes, las ninfas y sagas de dramas con héroes en una época pos apocalíptica, son historias que triunfan; en conjunto, la literatura para adolescentes ocupa un bajo porcentaje, pero aún así, está en aumento. Los volúmenes escritos por sus youtubers predilectos son también de su complacencia, iniciándolos en la lectura transmedia mientras se descargan capítulos en el smartphone y varían la literatura digital con el papel.
Los más jovencitos vivirán encantados con los temas fantásticos y las historias de protagonistas en los que ellos se reflejan; en cambio, los mayores comienzan a leer relatos con cierta sensibilidad, junto a contenidos de carga sensual.
Como padres ¿qué hacer?
Se les debe dar libertad a la hora de elegir lo que quieren leer, una buena idea es llevarlos a la librería para dejarlos recorrer sus espacios, dándoles autonomía en el lugar. Como se mencionó anteriormente, los padres tienen que evitar el obligarlos, y dejar a un lado sus expectativas e intereses para no proyectarlos en sus hijos adolescentes. Asumir que lo que le agrada a usted como mamá, puede que no les agrade a ellos y viceversa.
Nunca se puede olvidar que los adolescentes deben tener la misma libertad que sus papás al elegir lo que quieren leer, aunque con algunas restricciones en las que los padres son los principales garantes de su bienestar, protegiéndolos en esta etapa de crecimiento hacia la madurez.