Se ha demostrado que todos aquellos traumas que sufren los padres, influyen directamente en los genes, y estos se trasmiten cambios directamente en los hijos.
Estudios confirman que si los padres fueron víctimas del holocausto nazi, hambrunas severas, accidentes traumáticos, o incidentes perturbadores, tienen mayor predisposición a heredarle enfermedades a los hijos.
¿Traumas genéticos o heredados?
Esto porque, esas experiencias afectan el ADN y este a su vez es transmitido a los hijos, por consiguiente, ellos nacerían con cargas biológicas heredadas, sin embargo, esto no define el temperamento y personalidad de los infantes, es posible modificar esta carga dándole un ambiente amoroso y estimulante, ya que el niño también nacería con aquellas experiencias positivas que han vivido los padres.
Cabe destacar que todas aquellas emociones que experimente la madre durante el embarazo, también son transmitidas al bebé.
Un estudio realizado por un equipo de investigadores del Hospital Monte Sinaí, en Nueva York, Estados Unidos, presentó un claro ejemplo de cómo la herencia epigenética afecta los genes de los hijos e incluso de los generaciones siguientes. «Es la primera evidencia en humanos -de la que tenemos conocimiento- de una marca epigenética en la descendencia basada en la exposición de los padres, antes de la concepción”, afirma Yehuda; parte del equipo de especialistas.
¿Qué es la epigenética?
Aunque su teoría causa un poco de controversia, se define como el estilo de vida de la persona (medio ambiente, fumar, estrés, vivencias, experiencias, alimentación) que pueden provocar cambios genéticos en la descendencia e influenciar su desarrollo.
Aunque esta cientificamente comprobado que la única manera de transmitir información biológica en la descendencia es a través de los genes que están dentro del ADN, estos pueden ser modificados por la presencia o influencia del medio ambiente, mediante una suerte de etiqueta química (el epigenoma), que logra adherirse en el ADN y funciona como interruptor, es decir, modifica a expresión de los genes.
Aunque los especialistas aún no logran establecer cómo se produce la transmisión, han concluido que «los hijos de padres con desorden de estrés postraumático son probablemente más propensos a la depresión, mientras que el efecto contrario parecería darse en los hijos de madres que sufren el mismo desorden».