A los nueve meses de vida, tu bebé es muy sociable, pero, a la vez, empieza a ser consciente del peligro y del temor a los desconocidos. Pueden surgir varias dudas en esta etapa, así que esta nota te responderá varias.
El niño de 9 meses es muy inquieto. Toma los elementos de la cocina, del baño, de tu pieza… Va y viene coleccionando objetos. Ama los juguetes con ruedas y los que suenan. Le encantan los tambores y los recipientes como canastos y ¡hasta basureros!
Está en pleno aprendizaje para comenzar a caminar. Puede permanecer parado si se agarra de algo. Da paseos alrededor del sofá o de la mesa.
Desarrollo cognoscitivo
Hacia el 9° mes, el bebé actuará de modo diferente con respecto a los objetos, esperando obtener efectos diversos y resultados más complejos.
Por ejemplo irá desarrollando la habilidad de manejar un instrumento básico como un palo, una caja o una pelota, y utilizarlo para un fin, como el de atraer otro objeto. De esta manera, expresa su pensamiento, demostrando que entiende la relación entre 2 objetos y las consecuencias de utilizarlos de cierta manera.
También verás cómo resuelve problemas sencillos de desviación, es decir, al poner una cosa entre él y un juguete, esquivará uno para recoger el otro. Le llaman la atención los objetos huecos, y juega con ellos. Aprende más imitando que a través de procesos cognoscitivos más significativos.
Si le escondes algo en su presencia, es capaz de encontrarlo. No le gusta estar todo el rato haciendo lo mismo, porque se aburre. De hecho, es capaz de recordar lo que hizo ayer, así que hay que entretenerlo de otras maneras.
Mantiene una serie de ideas en su mente y anticipa el premio que viene después de una orden. Puede seguir instrucciones sencillas. Empieza a mostrar temor a las alturas y toma cuidado frente a espacios verticales.
No sólo empieza a decir “mamá” y “papa”, sino que puede pronunciar algunos nombres. Comprende que las personas y los objetos son diferentes.
Algunas preocupaciones comunes
Desarrollo lento
No es bueno que compares a tu hijo con otro, ni en cuanto a desarrollo físico ni respecto a sus logros. Aunque al tu pequeño le cueste sentarse o pararse, ya se nivelará. No lo presiones.
Temor a los extraños
A partir de los 8 o 9 meses, los bebés reaccionan de distinta forma ante personas que los puedan separar de sus papás. Si es tu caso, no debes presionarlo, ya sociabilizará a su debido tiempo.
Objetos que les dan seguridad
Una vez que el niño entiende que no puede estar con sus papás todo el tiempo, surge un nuevo temor. Para superarlo, puede que lo canalice mediante una manta o un osito de peluche que le dé la sensación de control, seguridad y permanencia.
No aparecen los dientes
Si bien lo común es que los dientes salgan alrededor de los 7 meses, podrían retrasarse y salir recién al año. La dentición puede demorar por factores hereditarios y no implica un retraso intelectual o en el desarrollo del niño.
No tiene pelo
Es igual que con la dentadura. El cabello puede llegar a aparecer incluso en el 2° año de vida.
Se pone a llorar cuando está parado
Si el bebé se pone a llorar al pararse puede deberse a que está en una posición que no le es familiar o porque se ha caído y siente frustración. Puedes ayudarlo a sentarse con cuidado. En vez de dejarlo en un corral todo el tiempo, es mejor que el bebé explore la casa, pero vigilando que no corra peligros de accidente o de ingerir alguna sustancia tóxica.
Pie plano
Es normal que un bebé tenga los pies planos, ya que sus músculos no se han ejercitado como para desarrollar los arcos. Cuando el pie llegue a su desarrollo completo, el arco será normal.
Caquitas extrañas
Estás mudando al niño y ¡ves una caca roja, con hilachas o arenosa! No es grave, lo que pasa es que el sistema digestivo no está desarrollado por completo, haciendo que las deposiciones tengan el mismo color de la comida que ingiere: el rojo puede ser por la betarraga, las hilachas por el plátano y ser arenosa por una pera.