Cuando llega el octavo mes de vida verás que tu bebé comienza a circular por todas partes y, por lo tanto, tienes que tomar las precauciones que se requieran para que tu casa sea un lugar seguro para el pequeño.
La personalidad de niño se define cada día más, teniendo muy claro lo que le gusta y lo que no, ya sean sus juguetes o la comida que le das. Se siente muy seguro a tu lado, o con su familia cercana, y no le gusta estar con extraños por mucho tiempo.
En estos meses, la ansiedad hacia los extraños puede disminuir o aumentar, dependiendo del momento del día. Por ejemplo, al despertar puede incrementarse la ansiedad, pero si el extraño se acerca gradualmente y la mamá está ahí para calmarlo, pronto crecerá su confianza y lo aceptará.
Le gusta mucho ver cómo se abren y cierran las puertas, lo que es un nuevo peligro que debes tener en cuenta (para que no se vaya a apretar esos deditos). En esta etapa comienzan los chichones o marcas de golpes.
Desarrollo motor
Empieza a agarrar cosas con su dedo pulgar e índice: migas de pan y objetos chiquititos. Se lleva a la boca las cosas para explorarlas, luego de mirarlas a una distancia que le permita verlas sin dificultad.
La motricidad gruesa se ha desarrollado y comienza a desplazarse adoptando formas de gateo. Puede que hasta empiece a prepararse para caminar, sosteniéndose de algo para dar pasos.
Desarrollo visual
Su visión está más desarrollada: puede señalar un objeto y sus ojos siguen lo que tú le presentes. También descubrirá nuevos detalles en su pieza.
Desarrollo socio-afectivo
Aprende a decir adiós con la mano; aplaude y quiere contestar al teléfono. ¡Le fascinan los teléfonos!
Desarrollo del lenguaje
Repite sílabas juntas, con una mejor entonación para indicar énfasis y expresar sus emociones. Articula sílabas y palabras por imitación, como “mamá”, “papá” y “bebé”. Cuando ve a alguien conocido, emite ruiditos.
Recomendaciones
- Si eres mamá primeriza, probablemente estés cansada o sobrepasada. Es muy importante que como padres aparten tiempo para estar solos, de modo que se relajen y su relación de pareja se fortalezca, sin que la comunicación entre ustedes sufra.
- Estar en continuo movimiento contribuirá a que tengas más energía. Así que aprovecha de salir con tu bebé de paseo o sigue una rutina de ejercicios aeróbicos en casa. Baila con el niño, verás cómo disfrutan de la música y estrechan el vínculo que los une.
- Si el llanto de tu pequeño te angustia, procura relajarte junto a tu pareja. Para calmar al bebé puedes tomarlo en brazos y abrazarlo con suavidad.
- Si te gusta la música, ponla para que se relajen juntos y utiliza esas canciones favoritas para practicar algunos pasos con el bebé. Ambos se tranquilizarán.