En este cuarto mes del bebé empieza “la edad de oro”, ya que tu pequeño intentará moverse de manera independiente y podría llegar a sentarse sin apoyo.
Estás en una etapa muy placentera en relación a los logros de tu bebé: tiene buen humor, duerme bien, es muy sociable y le encanta conversar mediante balbuceos.
Al bebé le gusta reproducir resultados novedosos que ha descubierto por casualidad. Lo notarás concentrado, manipulando sus juguetes, chupándolos y mirándolos con atención. A través de esta exploración, descubrirá nuevas cosas del mundo que lo rodea.
En esta etapa lo que más le interesa es lo que descubre por sí mismo, sobre todo lo imprevisto: el ruido de un avión que pasa, la sirena de bomberos, los ladridos del perro, el ruido de los zapatos de papá… y le encanta lo que viene después: muchísimos besos y abrazos.
Por esta razón, la mejor manera de estimularlo es presentarle juegos y actividades que permitan que sea él quien vaya descubriendo lo nuevo. Debe poder interactuar y repetir el juego de la manera que prefiera.
El movimiento se constituye como una de las características psicológicas básicas del pequeño; a través del control de sus movimientos reafirma su habilidad de realizar actividades más complejas.
La manipulación cobra mucha relevancia en esta etapa; de esta manera desarrolla no sólo el juego sino también el pensamiento. Por otro lado, comienza a llevar a cabo movimientos adaptativos anticipatorios, es decir, es capaz de adelantarse a una situación. Un ejemplo de esto es si colocas un cascabel por su lado derecho, el bebé tratará de extender su mano en el mismo sentido.
También, en el cuarto mes del bebé, él irá aprendiendo sobre la ubicación de las personas y las cosas en el espacio. Tiene mucho más desarrollada su capacidad visual y puede ver casi todo lo que hay en su pieza.
Sus habilidades sociales han mejorado mucho, es más amigable y se interesa por las cosas, las personas y por lo que sucede en su hogar.
Respecto a los hábitos, se pueden reforzar de mejor manera.
Duerme intermitentemente en siestas (unas 8 al día) y puede dormir toda la noche.
Se ha establecido un intervalo más definido entre la toma de leche y la hora del cambio de pañales.
A fines del cuarto mes del bebé, él debe ser capaz de:
- Levantar la cabeza 90 grados, tendido boca abajo.
- Reírse fuertemente.
- Seguir un objeto suspendido a 15 centímetros de un lado a otro.
Es posible que pueda:
- Mantener la cabeza erguida en posición derecha.
- Levantar el pecho, apoyándose en sus brazos, si se le coloca boca abajo.
- Agarrar un sonajero que se le acerque a las puntas de los dedos.
- Poner atención a una persona o a un objeto muy pequeño, y tratar de tomar los objetos que pongan a su alcance y que le interesen.
- Gritar de felicidad.
- Mantener la cabeza a nivel con el cuerpo cuando lo tomen de las manos para sentarlo.
- Volverse en dirección a una voz, en especial las de los papás.
- Decir “agú” u otras combinaciones de vocal y consonante.
- Emitir sonidos con la boca.
- Sostener algún peso en las piernas cuando se le tiene derecho.
- Sentarse sin apoyo.
- Protestar si le quitan su juguete favorito.
- Volverse en la dirección de una voz diferente.