Puede que a partir de esta edad tu pequeño se despierte dando gritos por las noches mientras duerme. Aunque varios especialistas señalan que los niños no tienen pesadillas en la mismas cantidad que aquellos que ya alcanzaron más de dos años, estos trastornos del sueño podrían ocasionar que a tu bebé le cueste quedarse dormido nuevamente.
Qué hacer si tu hijo llora por las noches
- Si tiene un mal sueño abrázalo y consuélalo, porque puede que esté muy asustado.
- Se calmará si le das su mantita o peluche favorito.
- Si quieres que duerma contigo esa noche porque está asustado está bien, pero si prefieres que duerma en su propia cama, dale un poco de cariño; a la mañana siguiente ya habrá olvidado su pesadilla.
Los trastornos del sueño también comprometen a los niños. En ellos se asocian a menor desarrollo, problemas inmunológicos, obesidad y trastornos del ánimo como agresividad, impulsividad, irritabilidad y frustración, hiper o hipoactividad, fallas de memoria y atención, junto al compromiso del aprendizaje, que afecta el rendimiento escolar. Un niño que duerme las horas correctas aprende más.
Terrenos nocturnos
Los terrores nocturnos son muy diferentes a las pesadillas. Durante uno de estos, tu niño podría tener abiertos los ojos y hasta moverse de un lado a otro, golpeándose, gritando y llorando. Habitualmente, no los logras despertar con facilidad, lo cual puede hacerte sentir impotente. Y aunque parezca estar despierto, no lo está.
Afortunadamente, los terrores nocturnos no son dañinos. Puede mejorar cuando lo acaricias y consuelas ofreciéndole tu cariño. No debes forzar el contacto físico ni tratar de sujetarlo. Mantén la calma y procura que no se haga daño. Pronto volverá a dormirse.
El sueño es una necesidad humana básica como comer o beber y es crucial para la salud y bienestar. La falta de sueño o un sueño de mala calidad tiene un impacto negativo en la salud, tanto a corto como a largo plazo, y puede relacionarse con depresión, ansiedad y otros trastornos psiquiátricos.
Gustos muy particulares
Una de las características de esta edad es la obstinación – además de las rabietas y la curiosidad por explorar – A los niños les gusta hacer las cosas como ellos quieren. Se sugiere que respetes sus preferencias y le permitas tomar ciertas decisiones, por ejemplo, qué sabor de yogur quiere o qué camisa ponerse. Sin embargo, se debe dejar muy claro que en ciertos casos eres tú quien decides, en especial cuando se trate de comportamientos que lo pongan en peligro.