La emoción de aprender a caminar y correr tiene a tu pequeño en constante movimiento.
Quiere que lo cargues en brazos
A pesar de que a esta edad lo más probable es que el niño camine muy bien querrá que lo tomes en brazos a cada rato.
Para entender mejor porque pasa esto piensa en que, en algunos lugares públicos, tu niño quizás podría sentirse asustado, vulnerable y con miedo a perderse. O podría estar realmente cansado y necesite de tu atención. Puedes cargarlo si quieres, pero si vas a andar más de un par de cuadras, tráele un coche para que no te dañes la espalda.
Puede que lo convenzas de seguir caminando, simplemente dándole la mano para que se sienta más seguro. Haz tratos con él diciéndole cosas como: “Caminaremos hasta que lleguemos al próximo semáforo”.
Protegido bajo el sol
Si un niño sufre una quemadura de sol a temprana edad, tiene mayor posibilidad de tener cáncer de piel más adelante en su vida. Cualquier tipo de exposición al sol daña y envejece la piel, por lo que debes protegerlo siempre, haga frío o calor.
Ponle bloqueador solar, un sombrero, lentes de sol y que permanezca a la sombra la mayor parte del tiempo. Elige una loción protectora con filtro solar de 30 o más y que ofrezca cobertura de amplio espectro contra los rayos UVA y UVB.
Algunos especialistas recomiendan los bloqueadores solares sin químicos, a base de óxido de zinc o dióxido de titanio porque ofrecen una protección de amplio espectro y la piel no los absorbe. Si usas una loción con filtro solar químico que funcione bien, aplícasela 30 minutos antes de salir de paseo para obtener la mejor protección. Vuelve a aplicársela cada dos horas, cuando estés al aire libre y siempre que tu niño salga del agua.
Trucos para papá y mamá
Si tienes mellizos de 18 meses puedes enseñarles a jugar y a la vez a cooperar en el hogar. Por ejemplo, si se meten en la canasta de la ropa sucia, muéstrales dónde está la ropa para lavarla y haz que te vayan trayendo las prendas. Uno de ellos puede tirarlas al aire y tú las agarras y las metes en la lavadora. El otro puede meterlas él sólito en la máquina.
Lo mismo cuando hay que meter la ropa en la secadora; puedes pasárselas a un niño y el otro las va metiendo en la secadora. Veras que será lo mismo que si lo hicieras sola, y tus niños aprenderán que pueden ayudarte y escuchar elogios en lugar de tener que irse.