Lo más probable es que ya esté dando algunos pasitos solo, aunque puede variar, demorando incluso hasta los 16 ó 17 meses.
Por lo general, al final del 11° mes, los niños caminan apoyados en los muebles o donde puedan sostenerse. De a poco, irán soltándose por breves momentos. Estos avances corresponden a la motricidad gruesa y no se dan de igual forma en todos los niños.
El bebé se empina, se dobla y agarra todo lo que pueda alcanzar. Puede calcular distancias y comienza a notar cómo cambia su peso si pasa de una pierna a otra cuando empuja una silla.
Si tu pequeño se cae en el proceso de aprender a andar, debes mantener la calma. Préstale atención y dale un abrazo con un encomio cariños para que no llore y pueda pararse. En realidad, para muchos niños es peor que los papás no estén pendientes de su caída, y de la frustración que eso les causa, que el dolor en sí. Dile que lo está haciendo bien y ayúdalo a recuperar la alegría. El niño necesita que le muestres apoyo y que le des todo tu amor con cada expresión de cariño.
También intentará subirse a muebles chicos y mecerse por sí solo en la mecedora.
Le llamará la atención mirar más que comer, y eso puede ser todo un desafío para seguir los horarios de alimentación. Tendrá una comida o sabor favorito que luego rechazará, volviendo a comer todo lo que le des.
Dentro de poco tiempo lo verás hablando, aunque no está relacionado necesariamente con el desarrollo intelectual. Lo más relevante en esta etapa es que él sea capaz de comprender lo que le dices; es un lenguaje de tipo pasivo.
Pronuncia algunas palabras como “dado”, “mamá”, “tete”, e indica el objeto o persona correspondiente.
Cambios en el niño
Para ayudar al niño a caminar, puedes arrodillarte en frente de él a una distancia de 1 metro y llamarlo con las manos estiradas. Otra manera es tomarlo con ambas manos y acercarlo hacia ti.
La mayoría de los bebés aprende a caminar así. Dan los primeros pasos con los brazos abiertos hacia los lados y con los pies apuntando hacia los lados, parando el potito. Con estas posiciones les es más fácil equilibrarse y, cuando puedan caminar erguido, las raras posturas quedarán atrás.
Vigila que tu casa sea un espacio seguro para el bebé y cubre el piso con elementos suaves como una alfombra para que las caídas no duelan.
Cambios en los papás
Quizás en ciertos momentos te sientas sobrepasada y cuestiones tu capacidad como mamá. Es normal sentirse así, y de hecho, es una emoción positiva porque demuestra tu preocupación por tu retoño y tu motivación por darle lo mejor de ti.
En muchos casos, ante las dudas lo mejor será que te dejes llevar por tu instinto maternal; recordando que con la experiencia cumplirás de mejor modo el rol de mamá. Siempre que se está en un camino de aprendizaje se comete más de algún error y ser muy exigente contigo misma sólo te traerá dolores de cabeza.
Si te surgen preguntas o inquietudes, puedes acudir al pediatra, así como a otras madres o a tu propia mamá o suegra. También hay portales de internet que tienen información confiable (como el nuestro) y que te pueden ayudar.
Ya verás que tu bebé seguirá creciendo sin problemas y que el tiempo te permitirá satisfacer sus demandas. Estar inseguros es parte de la tarea de ser mamá o papá.
Si sigues sintiendo que no estás haciendo las cosas bien, puede ser beneficioso que te juntes con otros padres para compartir experiencias. Verás que las dudas y angustias son similares y que ver las cosas desde otro punto de vista puede ayudarte a dar con la solución que esperas.
Por otro lado, si los sentimientos negativos persisten y sigues pensando que eres la peor mamá del mundo, puede que lo que se necesite es un ajuste en tu actitud. Recuerda que nadie es perfecto.
Sugerencias para viajar sin problemas
Andar en auto con tu bebé puede ser más difícil de lo que crees. Algunos niños se molestan al ponerles el cinturón de seguridad o no les gustan las sillas para autos; mientras que otros se marean con el movimiento y llegan a descomponerse y vomitar.
Un método que da resultado es hacer el viaje una media hora antes de la hora de dormir del bebé, acomodándolo en la silla con su pijama. Así, te aseguras de que el bebé se duerma fácilmente. Si el viaje es largo, puede ser más práctico viajar de noche porque hay menos tráfico y el niño ni lo sentirá.