Además de los gorros, guantes y bufandas, hay que preocuparse de proteger ciertas partes del cuerpo del pequeño muy sensibles al frío, como su carita, labios y delicada piel. En Facemamá te contamos sobre los cuidados para la piel del bebé en invierno.
El enemigo frío
La piel protege al ser humano del ambiente, sin embargo, ésta es vulnerable a las inclemencias del clima, sobre todo la del bebé, por ser muy fina. El recién nacido puede experimentar un tipo de resequedad, denominada xerosis, la que se agrava con los días fríos.
Otras complicaciones cutáneas son el enrojecimiento de los pómulos, la salida de herpes, la llegada de sabañones en manos y pies, y el agrietamiento de los labios.
Si vives cerca de áreas montañosas, puede surgir una descamación dolorosa debido a la intensidad del sol relacionada con la altitud y los bajos índices de humedad en el aire.
Soluciones a medida
Hay productos cosméticos que ayudan a calmar las irritaciones cutáneas. Aplica en la piel de tu hijo una crema hidratante cada día, reaplicándola varias veces en las estaciones más heladas.
Un producto muy bueno son las “cold creams”, las cuales tienen activos hidratantes a base de cera de abeja, aceites minerales y vegetales.
Los componentes de estas cremas varían dependiendo de la zona del cuerpo que quieras tratar:
- Para el rostro: son ideales las texturas grasas formuladas a partir de agua termal o mantequilla de karité. Actúan ejerciendo una función relipidante y antiirritante. Antes de echársela a la cara del bebé, aplícala en tu mano.
- Para los labios: es muy necesaria, debido a la acidez de la saliva y la succión del pecho o mamadera, lo que impide una correcta cicatrización de las heridas. Lo mejor para los labios secos es una barra hidratante de cacao, y sirven también para áreas sensibles como la nariz y el mentón. Si el bebé sufre de herpes, utiliza un protector solar de labios sobre su lesión.
- Para el cuerpo: prefiere las emulsiones corporales que contengan propiedades nutritivas y las leches ultraprotectoras que restauran la capa hidrolipídica. Después de bañar al bebé y secarlo, aplícale una capa en todo el cuerpo y masajea su piel. Será una ocasión muy especial para ambos, en la que podrán disfrutar de su contacto mutuo y a la vez proteger su piel.